AUTOR: BEGOÑA ORO.
ILUSTRACIONES:Noemí Villamuza, Alma Larroca
EDITORIAL:EL BARCO DE VAPOR.
RESUEMEN:
Enrique, era un chico muy risueño al que le encantaba reír. Cuando el miraba a alguien, las personas no podían evitar que le apareciera una sonrisa en su rostro. Aunque, solo había tres personas que ni con Enrique se reían: María, su vecina, Pascual, el cerrajero de su apartamento y su tía que desde que su marido murió no volvió a reír. Pero un día, Enrique se despertó y. ¡había desaparecido su sonrisa!
Enrique la buscó por toda su casa, pero no estaba allí. Entonces, decidió salir a la calle a buscarla. Siguiendo a todas las personas que sonreían, hasta que entró al almacén de sonrisas perdidas que
se encontraba en el interior del tronco de un árbol. No estaba la suya, pero encontró la de María, de Pascual y la de su tía. Cuando regresó a su casa, le entregó su sonrisa a todos, menos a su tía, pues esta había cogido la de Enrique y se la había puesto. Por eso la sonrisa de Enrique es grande y huele a hospital.
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